- Conquistador del océano
Atlántico Sur
Nace
en Paysandú el 25 de
setiembre de 1893 e ingresa en la
Escuela Militar y Naval en 1908,
de donde egresa como
Alférez del Arma de
Infantería en 1913. La
aviación es un medio de
transporte que utiliza el aire, se
sabe, pero también es un
fenómeno contagioso que se
respira en los años
formativos de Larre Borges. Y para
él funcionará como
una enfermedad endémica.
Su vocación
aeronáutica es despertada
tempranamente por los
históricos acontecimientos
que ocurrirán en esos
iniciales años, pero sobre
todo por lo que empieza a apurarse
en 1916, cuando se comienza a
especular con la Fundación
de la Escuela Militar de
Aviación.
La llegada de Boiso Lanza el 18 de
julio de 1916 al Hipódromo
de Maroñas, después
de cruzar el Río de la
Plata, ya encuentra un Larre
Borges determinado a volar.
Será él, como
Alférez, y Luis E. Azarola
Gil los que le darán
elocuentes discursos de
bienvenida, ante el público
que colmaba las instalaciones del
“Circo de Ituzaingó”, a
donde llega Boiso Lanza en un
automóvil procedente del
campo de maniobras del Regimiento
de Caballería, Blandengues
de Artigas.
Cuando
se hace a principios de 1917 el
llamado para llenar las becas del
primer curso de pilotaje de la
Escuela Militar de
Aviación, Larre Borges
será uno de los nueve
oficiales que se anotan como
aspirantes, siguiendo ese curso
que finaliza en 1918 y en el cual
obtiene el Brevet No. 2 de Piloto
Aviador. La falta de aviones
adecuados para poder finalizar el
curso de Piloto Aviador Militar en
1919, que hace crisis total cuando
se accidenta el único
avión moderno, un AVRO,
determina que la nueva Escuela
Militar de Aviación detenga
sus clases de vuelo y acepte becas
en Brasil en 1920. Allí van
el Tte. 1o. Larre Borges, juntos
con los Ttes. 2os. José
Ibarra, Coralio Lacosta y
Nicolás Larroca. Los tres
primeros regresarán a fines
de 1920, con sus estudios
aprobados en el segundo curso de
la Escuela de Aviación
Militar de Campo dos Afonsos,
cerca de Río de Janeiro.
El
arribo en el mismo 1920 de nuevos
aviones de instrucción AVRO
504 K, de entrenamiento y de caza
SPAD y de observación y
bombardeo Breguet 14, instrumenta
muy pronto a la Escuela que ya en
1921 puede efectuar su segundo
curso de Pilotaje. Berisso y los
oficiales diplomados en Brasil son
nombrados oficialmente por el
Poder Ejecutivo como sus
Instructores; en tarea que ejerce
brillantemente durante varios
años, dejando un saldo de
muchos alumnos que más
tarde sobresaldrán en la
Aviación Militar.
En 1924, al ascender a Mayor, se
le confía a Tydeo Larre
Borges una misión en
Francia, donde estudiará
nuevos medios y sistemas de
Aeronáutica,
perfeccionándose en las
Escuelas de Aviación
Militar de Istres, Avord,
Versalles y Cazaux.
A su regreso de Europa, es
designado Asesor del Ministerio de
Guerra y Marina en los asuntos de
Aeronáutica Militar y es
justamente ejerciendo este cargo,
cuando lo sorprende en 1926 el
arribo del aviador español
Ramón Franco el mando del
hidro “Plus Ultra”, en visita de
donde sacará la idea casi
fantástica de realizar un
gran vuelo “Alrededor del Mundo”,
apoyado por el Comité
Nacional formado a tales efectos y
destinado a recaudar los fondos
necesarios para esa empresa del
todo gigantesca.
Con
el patrocinio de este
Comité y de todas las
fuerzas vivas del país, que
ven en él el hombre capaz
de representar al Uruguay en los
cielos del mundo. Larre Borges
parte de nuevo para Europa donde
encarga el aparato y los motores
para esta magna empresa y se aboca
minuciosamente a preparar el Raid.
Antes ha seleccionado a los otros
integrantes del vuelo: su ex
compañero de curso (y
Brevet No. 1) Cap. José
Luis Ibarra; su hermano, el Cap.
Glauco Larre Borges (aviador del
2º. Curso), y el joven y
experimentado mecánico Alf.
José Rigoli.
El Grupo parte de María de
Pisa en Italia, donde se ha
construido el bote volador Dornier
Wal, con dos motores franceses
Farman de 550 HP, bautizado como
“Uruguay”. La partida se produce
el 20 de febrero de 1927 y en sus
etapas iniciales el vuelo toca los
puertos de Alicante y
Málaga en España, y
Casablanca en Africa. De esta
última ciudad parten el 2
de marzo de 1927 para encarar el
vuelo hacia las Islas Canarias y
el cruce del Atlántico Sur,
pero unos 120 kilómetros
antes de Cabo Juby, en pleno
Sahara Español, el
avión se ve obligado a
descender sobre el mar, por una
falla en el motor trasero y la
marea gruesa de la costa destroza
al aparato que embica en la playa.
La
tripulación se salva, pero
una tribu de moros disidentes la
hace prisionero, en cautiverio que
dura hasta el 10 de marzo,
día en que son rescatados
por los aviadores franceses de la
línea
Latécoère (que
más tarde llagarían
y saldrían tantas veces del
campo de Pando), Marcel Reine y
Léon Antoine, que
actúan en la
intermediación luego que el
gobierno español pague como
rescate una fuerte cantidad de
pesetas.
La frustrada tentativa no amilana
a Larre Borges y al mismo tiempo
le gana una celebridad
internacional por lo espectacular
de la captura y el posterior
rescate. Ya al salir de Pisa,
Larre Borges había rebajado
sus primeras intenciones de dar la
vuelta al mundo, a un cruce del
Atlántico Sur. Y se
terminaría sacando las
ganas, tiempo después.
Al año siguiente se le
encuentra de nuevo en Europa,
integrando la Comisión de
Recepción y control de
materiales para la
adquisición de un
avión de Guerra. Larre
Borges no es de los que desisten
fácilmente. Aprovecha la
nueva oportunidad para visitar y
proponer a diferentes
fábricas de material
aéreo, un gran raid que lo
tenga a él como
protagonista. La casa Lorraine de
motores de aviación, cuyas
factorías se encontraban en
Francia, acepta su
proposición y le impone un
compañero de viaje: el Cap.
León Challe, del
Ejército francés,
héroe de guerra y
campeón de raids en
monomotor que lo ven paseando por
Africa, Europa y Asia.
La
ruta elegida para el nuevo raid,
que consistirá en el Cruce
del Atlántico, marca a
España como salida y Brasil
como destino. Se lo quiere hacer
en un avión monomotor. Para
ello se selecciona un avión
Breguet XIX, con motor Lorraine de
450 HP, ambos fabricados en
Francia. Se prueba el avión
en varios vuelos de ensayo en
Francia. Mientras tanto, Challe,
en otros aviones, interviene, como
acostumbraba, en casi todos los
concursos y mitines de
aviación que se
efectúan en el verano
francés, siendo
acompañado en alguno de
ellos por Larre Borges,
quién se hace conocer por
la gente allegada a la
Aviación y también
por la prensa que no deja de
registrar los llamativos
acontecimientos.
El 15 de noviembre de 1929, Larre
Borges y Challe parten de
Versailles a Istres y de
allí a Sevilla, lugar
elegido para pegar el gran salto.
Todavía deberán
esperar casi un mes, a la espera
del momento apropiado del
pleniluneo en el mar, el que se
produce el 15 de diciembre de
1929.
Se despega al mediodía
desde la Base de la Tablada con el
“Pájaro Blanco” (“L’Oiseau
Blanche”) como fue bautizado el
aparato. Larre Borges y Challe
fueron despedidos por autoridades
y público. El avión
tomó rumbo al sur,
voló sobre las ciudades
marroquíes de Rabat,
Casablanca y Agadir para
internarse en el Sahara
Español de reciente
recuerdo para Larre Borges y donde
ambos pilotos podrán
apreciar , casi sobre la hora del
crespúsculo, los restos del
hidroavión “Uruguay”
visibles antes de cruzar el Cabo
Juby.
El
avión siguó por la
costa hasta encontrar Port-
Etienne en Mauritania, donde se
internó sobre el
Océano en larga ruta que
alternó tormentas y buen
tiempo en aparato con velocidad
media de 180 KPH. A medianoche la
tripulación franco-
uruguaya pudo divisar la costa
brasileña, arribando al NW
de Natal y continuando vuelo hacia
el sur dejando la ciudad al este
sin verla. La maniobra consume las
últimas existencias de
combustible, se echa mano al
tanque auxiliar, pero ante la
perspectiva de tener que aterrizar
de emergencia y sin motor, se
decide hacerlo con él
funcionando. Son las 4.15 del 17
de diciembre de 1929 y eld escenso
se lleva a cabo en
Maracujá, en un lugar donde
pese a la oscuridad se puede
vislumbrar la falta de
árboles. El aterrizaje se
produce con bastante suerte, pero
Challe resulta herido en la
cabeza, con una fuerte hemorragia
y el Breguet recibe graves
daños. Larre Borges sale a
buscar ayuda y la consigue
rápido. El francés
es conducido a un hospital de
Natal donde permanece en
atención cuatro
días. Cuando se lo da de
alta, es trasladado con Larre
Borges en aviones de la Compagnie
Generale Aeropostale a Río,
primero, y luego en un LATE 28 al
Uruguay, adonde llegan el 23,
conducidos por la estrella de la
Compañía, el
francés Jean Mermoz, al
campo de Pando. El multitudinario
recibimiento en el
Aeródromo es apenas un
adelanto de los honores que les
tienen preparados en Montevideo.
El
vuelo fue una hazaña en
más de un sentido. Y tubo
la particularidad de poner en pie
de igualdad un país de
larga tradición
aeronáutica como Franca,
con un país incipiente en
ese terreno, como era el Uruguay.
La conquista abundó en
reconocimientos. Los pilotos
fueron recibidos por el Presidente
Campisteguy, menudearon los
homenajes en el Uruguay y la
Argentina y Larre Borges
terminó siendo distinguido
por el Presidente de Francia con
la Legión de Honor en el
grado de oficial.
Larra Borges continuará su
actividad militar, ahora alejado
de la Aviación, como Jefe
del Batallón de
Infantería Nº 9,
durante 1930 y 1931, hasta que
asciende a Coronel y es nombrado
Director de la Escuela Militar de
Aviación el 16 de setiembre
de 1931. Pero es un hombre
inquieto y de futuro viajero.
En marzo de 1932 resulta
comisionado nuevamente en Francia
para recibir una serie de aviones
Potez XXV que se adquirieron en
ese país. Pero siempre hace
más de una cosa al mismo
tiempo. Y aprovecha su
estadía para estar presente
en el Congreso de Aviadores
Transocéanicos que se
realiza en mayo de 1932 en Roma.
En donde un uruguayo es nombrado
Vicepresidente y tiene la
oportunidad de ver y conocer a
glorias aeronáuticas como
el Cap. Iglesias de España,
el Mariscal Italo Balbo de Italia,
el Almirante Gago Countinho de
Portugal, Von Gronau de Alemania y
Sir Hubert Wilkins de Australia,
entre otros.
Tydeo
Larre Borges abandona el cargp de
Director de la Escuela Militar de
Aviación el 30 de agosto de
1933, al se nombrado Juez del
Consejo de Guerra Permanente. Con
este alto cargo se aleja
definitivamente de la
Aeronáutica Militar,
continuando más tarde en
otros importantes destinos
militares hasta que en 1939 pasa a
situación de retiro.
Pero de lo que no se aleja nunca
es de la Aviación Nacional
y de alguna manera u otra
permanecerá siempre
vinculado a ella. Dentro de la
aviación comercial fue el
fundador en 1936 de la
Compañía
Aeronáutica Uruguaya
Sociedad Anónima (CAUSA), y
su Director. Fue también
durante veinte años
Administrador – Delegado de esta
línea de
hidroaviación internacional
que efectuaba los vuelos entre los
puertos de Montevideo y Buenos
Aires. E integrante de la
Cámara de Comercio de la
Aeronáutica y Afines en
1946, de la que fue asimismo su
primer Presidente.
En la aviación civil, Larre
Borges actuó hasta el fin
de la década de los
años treinta, lo que hizo
paralelamente con sus actividades
militares. Al fundarse en 1971 el
Comité Nacional de Homenaje
a la Aviación Civil, luego
transformado en Comité de
Aviación Nacional., Larre
Borges fue nombrado su Presidente,
continuando en el cargo hasta los
últimos días de su
vida. En 1971, también,
viaja a Francia en Misión
Oficial, representando a la Fuerza
Aérea y a la
Aviación Civil, para
participar en el Reencuentro
Internacional de Constructores y
Pilotos pioneros de la
Aviación, invitado
especialmente por la
Sociétè des
Pionniers de L’Aviation.
Larre
Borges fue ascendido a General en
retiro en 1951, por
modificación de la
Resolución por la cual
pasó a esa situación
en 1939. Y por resolución
Nº 41394 del Poder Ejecutivo,
de fecha 19 de marzo de 1968, fue
nombrado Precursor de la
Aeronáutica Uruguaya. De
acuerdo con la ley orgánica
de la F.A. Nº 14747, Larre
Borges optó por el grado de
Brigadier General (Aviador).
Cuando la Fuerza Aérea
cumplió 65 años. El
17 de marzo de 1978, se le
concedió la medalla “Al
Mérito Aeronáutico”.
El nombre de Tydeo Larre Borges
figura en un monumento alusivo al
2º curso de la escuela de
Aviación Militar de Campo
dos Afonsos. Fue distinguido por
muchos gobiernos en el transcurso
de larga y proficua vida al
servicio de la Aviación y
cada uno de sus gestos,
resultó claro, era noticia
tanto para la prensa nacional,
como para la extranjera. Fue sin
lugar a dudas un uruguayo de fama
internacional. Falleció el
1º de setiembre de 1984, a
los 90 años de edad,
sobreviviendo solamente una semana
a su esposa doña Elera
Gallarreta Urrutía, con
quien compartió 70
años de su vida.
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